La semana pasada (del 01/12 al 04/12) estuve en Sao Paulo formando parte del Foro 3 de Lean (como conté en un post anterior). Aproveché esos días para adelantar algunas lectura que tenía medio olvidadas, y también para reflexionar sobre algunos temas que vengo dejando de lado.
Durante el viaje de regreso en micro desde Campinas, hasta el aeropuerto de Sao Paulo tuve una conversación con un groso de verdad, Pablo “Litto” Fernandez Elisegui, Application Packaging Factory Manager en IBM.
Charlamos sobre un montón de cosas: lecturas, estudios, liderazgo, etc.
Hace alrededor de 2 años atrás, tuvimos una conversación con Litto donde me comentó que le gustaría aprender un oficio, y cuando le pregunté cual me dijo “Carpintería”.
La explicación de por qué aprender un oficio como la carpinteria se resumía a poder adquirir una habilidad o competencia “clásica”, donde era fácil identificar si uno es bueno o malo haciendolo. Saber que somos buenos -o malos- haciendo algo tangible, palpable, y tener cierta “libertad”, ya que los carpiteros son necesarios en todas partes, en todo momento.
Esta conversación nació porque, en algunas etapas de nuestra carrera, los dos habiamos coincidido que lo que nos estaba dando un nombre, y un rango, era la organización para que la trabajabamos, pero fuera de ella, perdiamos esas “habilidades palpables” que la carpintería tiene.
Durante las casi 2 horas de viaje en micro, revivimos esa vieja charla, transpolando el tema hacía el desarrollo de habilidades necesarias para liderar exitosamente.
Al igual que él, me parece díficil desarrollarme y convertirme en un líder exitoso, pero me encanta el proceso.
A diferencia con un carpitero, el resultado de nuestro trabajo -y lo que nos convierte en buenos o malos haciendolo- no es resultado palpable como una silla o una mesa. Si quisieramos cuantificarlo (como hariamos observando el producto final del carpitero) podriamos medir objetivos alcanzados, satisfacción de cliente, ambiente laboral, etc. Pero, ¿estariamos midiendo el éxito de un líder?
Personalmente, no me gustaría ser medido por esos logros / fracasos. Si bien forman parte de la ecuación, creo que mi “objetivo” primordial, mi “hacer-sillas”, no es alcanzar los niveles de servicio, o que el cliente me puntée lo más alto posible, o que haya un buen clima de trabajo. Entiendo que todas estas, son partes individuales de un todo.
Al igual que el carpintero, siento que tengo que ir trabajando por partes:
- Empezando por nuestra gente, su bienestar, atiendiendo sus necesidades y escuchando sus aspiraciones (patas de la silla)
- Consolidando la relación con los clientes, brindandole un valor agregado al servicio que pactamos (asiento)
- Generando una buena relación con mis jefes (respaldo)
- Generando un legado, y pensando en el desarrollo de la organización a largo plazo (apoya brazos)
- Vivir un buen clima laboral, tanto con los empleados como con los clientes, alcanzando con exito todos los objetivos (HACER-SILLAS!)
Vivo mi desarrollo como líder aprendiendo un oficio. No me animaría a afirmar si es más fácil o difícil que hacer una silla, pero como dije antes, si más dificil de medir.
Los invito a redefinir conmigo la formula para hacer-sillas, para que le encontremos un sentido juntos.
¿Que opinan?
Hola,
Te conocí por Joaquin Trerreira, vengo desde su blog.
Me parece muy piola la pregunta de como medir el liderazgo. Esto me lo piden todos mis clientes luego que damos una capacitacion. ¿Como medimos si nuestra gente está aplicando o no? ¿Como medimos la capacidad de incorporar las nuevas habilidades?
Cuando trabajé para HP con los Delivery Leads, fue justamente para desarrollar su liderazgo con el grupo de personas a cargo.
Yo necesito preguntarte ¿Para qué te sirve redefinir la formula de la silla? si a mi entender vos la describiste perfectamente.
Ahora, ese lider carpintero es capaz de producir cierta cantidad de sillas al dia. ¿Quien necesita estar Siendo él para producir más?
En un cambio de primer orden el carpintero trabajaria mas rapido para hacer mas cantidad.
En un cambio de segundo orden el carpintero se convierte en un Empresario de Sillas.
¿Qué cambió? ¿Las sillas o la mirada del carpintero?
Esto es lo que puede cambiar tu forma de mirar el Liderazgo.
Abrazo!
Marce Vinzon
@Marcelo, muchas gracias por tu comentario. A decir verdad, no busco cambiar la formula, si no compartir como lo veo, y nutrirme de puntos de vista ajenos.
Me gustó mucho lo que planteaste. Al ser algo concreto (pero no por eso absoluto), la silla va a seguir siendo silla pero somos nosotros los que la dotamos de un montón de virtudes, por el simple hecho de observarla. Me resulta que con la gente pasa algo parecido. Hay personas que no son solo operarios porque no tengan más capacidad, si no porque sus observadores lo convierten en eso, y -lamentablemente- no elige salir de su statu quo.
La silla puede seguir siendo silla, pero yo elijo convertirla en la más linda, y la más cómoda, es el valor que elijo agregarle con mi observación.
¿Te sumás para aplicar lo mismo a la gente que nos rodea?