En las organizaciones es muy común escuchar sobre los sombreros que tiene una persona, haciendo referencia a las responsabilidades extras que tenemos, más allá de nuestra asignación principal.
Esto de los “sombreros” es una deformación de 6 Sombreros para pensar de Edward De Bono. Digo deformación ya que los seis sombreros de De Bono apuntar a posturas o perspectivas a tomar en una conversación y cuando se dice “aparte de mis funciones tengo el sombrero de responsable de finanzas” se está hablando de adhesiones a un cargo, posición o responsabilidades.
View more presentations from Mikel Agirregabiria.
El sábado vi un correo de un colega donde avisa que está sobrepasado de trabajo. Parece ser que en los últimos meses juntó tantas responsabilidades como para abrir una sombrería.
Veo dos puntos de análisis para estos casos:
- ¿Qué cosas nos llevan a aceptar estas responsabilidades?
- ¿Tener tantas responsabilidades afecta los resultados de estas?
Estoy seguro que para el punto número 1 nos encontramos con nuevas responsabilidades que nunca se aceptaron ni rechazaron. Un día estamos con nuestros propios problemas, y al otro -sin que nadie nos pregunte- estamos a cargo de la evaluación de desempeño de todo el departamento. Sin haber aceptado, y sin haberlo rechazarlo tampoco.
No estamos hablando de oferta y demanda. Es la necesidad de que alguien lo haga y nuestro jefe (o algún otro) decidió que nosotros eramos la mejor persona para hacerlo. El tema, es cuando siempre somos esa persona, y empezamos a acumular sombreros.
En el caso de que vuestro jefe les haya ofrecido esa responsabilidad, y Uds. hayan aceptado, ¿que cosas hicieron que acepten? En mi experiencia, han sido varias.
Me gustan los desafíos, aportar ideas y ser sentirme parte. Cuando aparece alguna de estas responsabilidades que veo que me dan satisfacción en alguno de esos puntos, la acepto. Hace algunos años atrás aceptaba todo lo que pasaba por mi escritorio. Hoy, soy un poco más selectivo. Mido más mis tiempos, y priorizo salud (física y mental), y balance con mi vida privada.
A mi entender, el segundo punto tiene mucha más tela para cortar: ¿Tener tantas responsabilidades afecta los resultados de estas?
Creo que si. En mi opinión, todos tenemos un punto de saturación donde dejamos de pensar y empezamos a realizar automáticamente la tarea. Una vez superamos ese punto, ya empezamos a restar.
Pero imaginemos por un segundo que estamos justo en el limite. Todavía podemos cumplir con las tareas, pero ya comenzamos a realizarla de manera automática. Es ahí donde se empieza a licuar el valor agregado que aportamos a la tarea. Se diluye nuestro aporte, y pasamos a ser dispatchers de tareas y resultados.
Creo que esa es mi preocupación tanto como receptor de esas responsabilidades, pero más particularmente como asignador de dichas responsabilidades. Cuando veo que algo está faltando y logro hacer el match perfecto con una persona es ahí cuando delego la responsabilidad. Pero lo más importante es el valor que esa persona le va a agregar.
Sería un error terrible de mi parte asignarle mucho a la misma persona ya que, como mencioné, el valor agregado empieza a diluirse, hasta llegar a cero.
Creo que debemos preguntarnos algo muy concreto a la hora de asignarle a alguien una nueva responsabilidad o sombrero, y tener claro que esperar, y es ¿Este trabajo podría realizarlo una máquina? Si es sí, ya me aclara mucho sobre el valor agregado que espero.
¿Qué opinan?
Foto por Alex E. Proimos
Como nos tenes acostumbrados muy buena la reflexion de algo que se da seguido. Personalmente, tanto en el trabajo como en otros ambitos de la vida, muchas veces solo me voy “poniendo sombreros” al ver que todos los evitan y muchas veces son necesarios.
Por otro lado tengo un amigo que es muy trabajador y buena persona, le gusta superarse, pero no sabe decir que no. Por ende agarra todos los sombreros que le tiran y muchas veces se encuentra superado por las situaciones, y aunque trata de hacer todo lo mejor posible, obviamente es muy dificil poner todo de si para cada tarea.
Creo que, como en todo, el equilibro es lo mejor. Saber aceptar algunos y tambien aprender a rechazar otros para no sobrecargarnos de tareas.
Saludos Rodo!
@socialwinds
Rodo: me pasó esto, casualmente en una empresa ‘pariente’ de la tuya. Me provoca un mix de sensaciones leerlo. En cierto es parte que están confiando en vos. En otra medida, en las grandes corporaciones mucha gente está simplemente para cobrar a fin de mes (no me refiero a ‘ñoquis’, sino simplemente a los que hacen lo mínimo indispensable para cobrar, algo que es para discutir pero en otro lugar) y si una persona trabaja bien, termina con todos los sombreros, porque no hay otra gente dispuesta a hacer las cosas.
Concretamente, en este desbalance entre gente idonea y laburante por un lado, y el resto por el otro, he visto varios casos de ‘burnout’, incluido el mío. El problema no es sólo la sobrecarga de sombreros, sino que también se va alimentando cada vez más el parasitismo, con lo cual se es funcional a la ineficacia general de la organización. En un determinado momento, uno cree estar supliendo esa ineficacia, pero simplemente la consolida al aceptar tácitamente que no hay otros que puedan tomar esos sombreros. En todo caso, creo que es un fuerte indicio de que algo anda mal en la organización, y es motivo para revisar las políticas de RRHH.
Más allá de mis aportes acá arriba, obviamente concuerdo en que llega un punto en que se pierde el valor agregado. Pero además, eso se acentúa con el tiempo. Lo que al principio podés hacer con un pequeño esfuerzo extra, te empieza a erosionar hasta que el cuerpo ya no tolera el nivel de exigencia. De hecho, es así en los organismos vivos: el stress es una situación en la que se pueden afrontar situaciones extremas, pero este ‘estado’ no puede durar mucho tiempo. Esta situación no se puede ‘normalizar’.
Muy interesante, saludos!
Muy interesante esta teoría, refleja muy claramente lo que ocurre en muchos ámbitos, todos terminamos usando varios sombreros o porque pensamos que lo podemos hacer o porque nadie los toma.
Gracias por tu aporte,ayuda a reflexionar y a tener mas presente que color de sombrero debemos usar para mejorar nuestros entornos.
Saludos!
Buen post. En mi caso, me sucede seguido el hecho de estar “al tope” en cuestiones sombreriles.
Comparto muchisimo el factor de valor agregado y creo también que el límite para participar en una actividad (además de los físicos de tiempo-espacio) es el que está demarcado por el compromiso y responsabilidad suficiente que hay que asumir en la actividad a la que te quieras sumar.
Saludos!