Hay dos cosas que todosalgunos de los argentinos hacemos muy bien:
- Describir los grandes problemas que nos aquejan junto con un gran detalle del curso de acción necesario para solucionarlos.
- Encontrar SIEMPRE una excusa para justificar porqué no hacemos nada para ejecutar (o al menos colaborar) con esas soluciones.
Como ejecutivos no nos podemos dar el lujo de caer en ninguna de estas dos.
“- ¿Cómo que no, Rodo? Está bueno tener claros los problemas y como solucionarlos.”
Bueno, planteándolo así suena bien. Pero a lo que iba en realidad es que la solución siempre nazca de ese ejecutivo como si fuera una ecuación lógica: Problema / Análisis = Solución, donde el ejecutivo es el único actor y protagonista de la historia. Ahí si que empezamos a flaquear.
Antes de seguir, le voy a dedicar algunas oraciones al punto 2. Ya sé que lees y pensas “Si, conozco un montón de gente que vive poniendo excusas y solo se queja de los problemas y no hace nada.” Paremos acá YA MISMO.
Pensá en lo que acaba de pasar algunos segundos.
Dale, algunos segundos más.
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Te diste cuenta? Automáticamente pensaste en las personas que conoces y que escuchas como una y otra vez se llenan de excusas para no hacer lo que ellos mismos saben que tienen que hacer. ¿Y vos? ¿Vos no lo haces? Bueno, yo al menos lo hago. Es más, una de las cosas que más conscientemente hago a diario es comprometerme con lo que sé que hay que hacer para cambiar algo en particular. Si no lo me fuerzo, lo dejo pasar y me sigo quejando.
Volviendo un poco, como ejecutivos no nos podemos permitir caer en ninguno de estos dos tópicos. Quizás tengas experiencia suficiente para hacer un diagnóstico de una determinada situación y hasta crear el plan de acción para solucionarlo. Yo soy pro-sesiones de BrainStorming para debatir causas raíz (cuando estás metido en el problema es muy fácil confundir síntomas con causas reales) y el curso de acción para mitigarlas. Este primer punto es uno de los primeros que se atacan en los entrenamientos gerenciales. El segundo, si bien se puede confundir con “no tengo tiempo” (Y si es así, seguramente me recomendarían algún curso de GTD o manejo de tiempo) en realidad es más parecido a “No tengo nada que ver” o “No puedo aportar nada desde mi posición”.
Les suena conocido? Después de haber trabajo durante casi una década en una multinacional con 400 mil empleados, varias veces estuve en la posición de narrar problemas con el más lujoso nivel de detalles y como solucionar cada uno de ellos, y también podía enumerar una larga lista de excusas de porque no hacía nada al respecto. Más allá del problema puntual, algunas de las excusas frecuentes que repetía, eran:
- Es una organización muy grande, es imposible cambiar algo.
- Es muy difícil identificar el responsable último de cada tema, por lo que dirigir un problema y una solución se dificulta aún más.
- Todo cambio propuesto lleva mucho tiempo, esfuerzo y constancia y generalmente se cuenta con poco apoyo.
Qué descubrí con el tiempo? Que lo que afirmaba eran excusas, como dije antes. Si, tienen una gran parte de verdad pero no tienen la entidad suficiente como para ser un freno si estamos realmente convencidos de que ese cambio o emprendimiento debe empujarse para salir adelante. Como realizar ese empuje va a variar dependiendo de la compañía, puede ser consiguiendo un manager o ejecutivo como sponsor o plantearlo directamente ante comité ejecutivo para su discusión.
Lo que a mi mejor me ha funcionado es desarrollar un Business Case o documento donde expongo la idea y la estrategia a seguir para completarla. Esta manera de encarar las problemáticas que detectaba nació porque un jefe que tuve hace algunos años siempre decía “Vengan a plantearme cualquier problema, pero justo cuando terminen de contarme ese problema me cuentan cual es la solución que proponen. Si no proponen una solución, ni vengan“. Eso me inspiró a documentar y planificar esa solución (y más tarde también robarle el concepto para usarlo con mis equipos).
Durante noviembre voy a estar escribiendo sobre como armar un Business Case.
Si encontraste otra forma que te gustaría compartir y querés que la tenga en cuenta en el próximo post, por favor escribime un comentario o un correo a nasifr@gmail.com.
Nos leemos!
Genial Rodo, y es impresionante lo oportuno del momento en el que lo escribís…me viene como anillo al dedo. El Brainstorming o “round tables” o como quieran llamarle es algo que se está extinguiendo y lo veo cada vez menos…y se extraña.
Es un ejercicio diario que hay que hacer el que vos mencionás: despojarnos de esta costumbre de “quejarnos gratis”, pero también lamentablemente tenemos que admitir que en mayor o menor medida todos la tenemos “embebida” de alguna manera. Es una lucha interna que ojalá todos, o la mayoría de nosotros, podamos ganar y la clave creo que es es hacerlo juntos 😉
Gracias por la magia como siempre y saludos!