Antes que nada, ¡Bienvenidos nuevamente! Hace tiempo que no escribía. Creo que en algún momento perdí de vista lo bien que me hace bajar a tierra algunas reflexiones (que son tales justamente mientras presiono cada tecla).
Como primer post al momento de volver al blog no encontré mejor inspirador que Fred Kofman. A Fred ya lo mencioné varias veces, es el autor de Metamanagement un libro muy interesante que viene bien releer de vez en cuando.
En esta ocasión me llegó un video del autor en el que está frente al cuerpo docente de la Universidad Francisco Marroquín en el que presenta un caso bastante interesante, afirmando que lo que cada uno de los presentes cree que es su trabajo en realidad no lo es y lo iba a demostrar en solo unos minutos.
Antes de avanzar y contarles un poco más les pido que anoten en un papel en no más de dos líneas cuál es tu trabajo. Más tarde vamos a volver a esto.
Imaginemos un equipo de fútbol… ¿Cuál es el objetivo del equipo? ¡Ganar! Claro, el objetivo es ganar.
Pero, ¿cuál es el objetivo del defensor?
Si respondiste que el trabajo del defensor es defender, ¡Probá de nuevo!
Hagamos la siguiente reflexión:
Si defender fuera el trabajo del defensor, su éxito se mediría por la cantidad de veces que pudo efectivamente defender, o puesto de otra manera, la cantidad de veces que lo vencieron y terminó en un gol a favor de los contrincantes. Si así fuera, al defensor le convendría perder 0-1 que ganar 5-4, ya que en el primer escenario, más allá de haber perdido, la defensa fue menos vencida que en la victoria.
Entonces, ¿cuál es el objetivo del defensor realmente?
El objetivo no es otro que el de su equipo: ¡Ganar! ¡Ningún otro!
Imaginemos que el equipo va perdiendo 1 a 0 y quedan 5 minutos… ¿Qué indicación se le da al defensor? Si defiende, y solo defiende, quizás no haya otro gol. ¡Excelente!
Ahora, ¿cómo colaboró a conseguir el objetivo del equipo (GANAR)? En el mejor de los casos previno que no se perdiese por una diferencia mayor, pero no ayudó a Ganar.
Entonces, colaborar con el objetivo sería ganar. Pensémoslo por un segundo: Si vamos al ataque, fallamos y nos contra-atacan lo peor es que pueda pasar es que en lugar de perder 1 a 0, perderíamos 2 o incluso 3 a 0, pero seguiríamos perdiendo. Ahora, ¿si no fallamos? ¿Si hacemos un gol? Ya estamos un poco más cerca del objetivo (GANAR), porque quedaría 1 a 1.
No me canso de decirlo: El objetivo de todo miembro del equipo es que el equipo alcance sus objetivos. Nuestro objetivo individual no es hacer lo que hacemos, sino contribuir al éxito de la organización.
Coincido con el autor en que confundimos el trabajo con la actividad realizada mientras el verdadero trabajo es cumplir un propósito y no la ejecución repetitiva de distintas actividades.
Imagínense por un segundo que nosotros somos de aquellos que pensamos en nuestro trabajo solo en términos de nuestra tarea individual. ¡Que desmotivante sería! No podría sentirme atraído por esa organización, ni dar lo mejor de mi si solo estoy pensando que mi tarea de forma autárquica.
Si por un segundo caen en la tentación de solo ver su porción, ya sea grande o pequeña, les propongo que se hagan la siguiente pregunta, recomendación de Kofman:
¿Qué necesidad HUMANA resuelve el producto o servicio de mi organización?
Y cuando logren responderla, y esto lo agrego yo, ¿quién es esa persona a la que le estoy resolviendo ese problema? ¿Realmente estoy colaborando en esa solución?
Bueno, ahora si: ¿Cuál es tu verdadero trabajo?
Les dejo el video completo :
Foto por Mattia Marinello