Hoy no siento especiales ganas de hablar de un tema en particular, pero si de escribir sobre varias sensaciones, sentimientos y situaciones que fui viviendo y encontrando en las últimas semanas.
Por causalidades de la vida, fui teniendo diferentes conversaciones. Charlas, cambio de opiniones y hasta algunas expresiones de deseo con personas a las que admiro profesionalmente, y otras de las que he aprendido mucho (me enseñaron con sus ejemplos que es lo que NO quiero hacer).
Estas charlas llegaron en un momento donde me encontraba un poco agotado, derribado, casi como sin fuerza para seguir adelante con los desafíos que tenía adelante. Llego a ese punto, después de mucho luchar situaciones que creo merecen ser cambiadas. Creo que no vale la pena detallarlas, y -espero no pecar de soberbio ni sabelotodo- entiendo que quien lee pensará lo mismo cuando termine.
Esas situaciones que me tenían a mal traer, y me venían quitando el sueño son los objetivos que persigo, y por lo que “peleo”. La mayoría son cuestiones culturales, y problemasparadigmáticos que lleva mucho tiempo modificar, es uno de esos “to dos” que muchos tenemos en nuestra lista de largo plazo.
Pero el día a día me pudo, y por un rato me olvidé que era algo que llevaba tiempo, que tiene su periodo de maduración y cocción, y me deprimió un poco. Pero por como soy, no me quedé con mi bajón, e intente convertirlo en acción y hablar con quienes yo creía podían aportarme sus miradas a los problemas (mi mentor, colegas, empleados, amigos, mi mujer, etc.).
De todas esas charlas, pude sacar varias conclusiones:
- Estaba tomando todo muy a pecho, hacia de todo un tema muy personal. Que cuando alguien hace algo que yo veo negativo, me lo hace -adrede- a mí.
- Las medidas que tomamos para solucionar una cuestión de largo plazo, se soluciona en el largo plazo. Paciencia macho!
- Nadie se va a acercar con las soluciones a los problemas que vemos, mucho menos si somos nosotros quienes vemos algo y el resto ya está acostumbrado a vivir así. Es uno mismo quien tiene que tomar el toro por los cuernos y volver al ruedo.
- Cuando se trata de temas sensibles (entiendase necesidades básicas, empleabilidad, etc.) tiendo a tomar partido por mis ideas, por lo que creo que es correcto. El tema es queseparo en bandos (buenos y malos, boca- river, etc) y eso dificulta las discusiones de algunos temas, o al menos con las personas que creo atentan contra el éxito de dichas empresas.
En cuanto al trabajo, y la visión que tengo de lograr organizaciones más inteligentes (con mi humilde aporte como parte del mecanismo, obvio!) llegué a una conclusión mayor, y es que el último punto que conté atenta contra la naturaleza de las organizaciones de las que me encantaría formar parte. Es por eso, que este post lo escribo para contar cual es mi propuesta, y con que, al menos yo, me comprometo:
Actuemos como si todos estuvieramos remando hacia el mismo lado.
Confiemos en las buenas intenciones del resto, y que si pensamos que está atentando contra los fines, quizás sea un malentendido.
Porqué si somos muchos los que actuamos así, vamos a lograr que está profecía sea auto cumplida.
¿Te sumas?
Foto: La saqué yo en el año 2006 en las Cataratas del Niagara. Elegí esta foto porque, más allá del caos de agua que una catarata conlleva, siempre me dio paz mirarla.
Nota: Hoy me siento con más fuerzas que nunca. Necesitaba bajar los pies a la tierra, aclarar las ideas para recuperar mi norte. Esto no es más que la aventura que viví para lograrlo. Muchas gracias a todos por los que fueron parte de este corto (pero quizás largo) proceso, y muchísimas gracias por leer le historia 🙂