En las organizaciones es muy común escuchar sobre los sombreros que tiene una persona, haciendo referencia a las responsabilidades extras que tenemos, más allá de nuestra asignación principal.
Esto de los “sombreros” es una deformación de 6 Sombreros para pensar de Edward De Bono. Digo deformación ya que los seis sombreros de De Bono apuntar a posturas o perspectivas a tomar en una conversación y cuando se dice “aparte de mis funciones tengo el sombrero de responsable de finanzas” se está hablando de adhesiones a un cargo, posición o responsabilidades.
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El sábado vi un correo de un colega donde avisa que está sobrepasado de trabajo. Parece ser que en los últimos meses juntó tantas responsabilidades como para abrir una sombrería.
Veo dos puntos de análisis para estos casos:
- ¿Qué cosas nos llevan a aceptar estas responsabilidades?
- ¿Tener tantas responsabilidades afecta los resultados de estas?
Estoy seguro que para el punto número 1 nos encontramos con nuevas responsabilidades que nunca se aceptaron ni rechazaron. Un día estamos con nuestros propios problemas, y al otro -sin que nadie nos pregunte- estamos a cargo de la evaluación de desempeño de todo el departamento. Sin haber aceptado, y sin haberlo rechazarlo tampoco.
No estamos hablando de oferta y demanda. Es la necesidad de que alguien lo haga y nuestro jefe (o algún otro) decidió que nosotros eramos la mejor persona para hacerlo. El tema, es cuando siempre somos esa persona, y empezamos a acumular sombreros.
En el caso de que vuestro jefe les haya ofrecido esa responsabilidad, y Uds. hayan aceptado, ¿que cosas hicieron que acepten? En mi experiencia, han sido varias.