Los que leen desde hace tiempo el blog, saben que me gusta mucho escribir sobre diferentes ventajas de la conversación, contando experiencias que fui viviendo.
En los últimos 15 días, viví 3 experiencias muy fuertes donde creo que lo que falló no fue la comunicación, sino la conversación.
Una de ellas, es referente a una persona con la que solía trabajar. En una charla, me comentó que no se está sintiendo muy bien en la oficina por algunas cuestiones muy variadas (no es escuchado, no lo tienen en cuenta, lo dejan de lado al tomar decisiones, etc), y eso hace que esté muy desmotivado y hasta con ganas de cambiar de trabajo.
Por el otro lado, pero referente al mismo tema, tuve la oportunidad de hablar con el superior actual de esa persona. Me comentó que es un profesional de mucho valor, pero que últimamente no se está involucrando de lleno en los temas importantes del equipo, y hasta se muestra pesimista ante cada proyecto o idea nueva.
Conversé con los dos, y hubo una pregunta que (a proposito) hice coincidir: Que piensa fulano / falinito al respecto?
Los dos contestaron muy parecido conceptualmente hablando: Sabian lo que les contestaría la otra parte.
En mi experiencia, está situación no se soluciona sentándose a charlar hoy, con el objetivo en agenda de revertir la situación en cuestión. Es más, si ese esa es la meta, creo que el resultado sería todo lo contrario.
Tener una relación sana con los compañeros, amigos o empleado/empleador-jefe tiene varios pilares fundamentales. Uno de ellos es una conversación fluida y frecuente.
Yo me lo tomo como un proceso de aprendizaje donde tomas lo que realmente te es significativo y te agrega un valor. De esas conversaciones, podemos hacer exactamente lo mismo con un poco de esfuerzo.
Como conclusión, sigo pensando que la comunicación y la conversación son cosas totalmente distintas, y -especialmente- aquellos que tienen equipos a cargo es fundamental que practiquen ambas, y no descuiden ninguna de las dos.
Que opinas?