Personalmente, soy de los que piensan que no hay tal cosa como un problema. No hay problemas flotando en el aire, ni caminando entre las personas.
Somos nosotros los que convertimos -o no- a un problema en tal, condicionandolo a tal cosa como consecuencia de nuestra historia, nuestro contexto, nuestras pericias en diferentes areas, etc.
“Va a llover, es terrible porque teniamos armadas mesas y sillas en el patio, para la fiesta de hoy a la tarde”. Esta puede ser una interpretación válida al hecho real (la lluvia). Pero otra interpretación, en un contexto diferente podría ser: “Finalmente, llueve! Así la cosecha será perfecta”.
El mismo hecho, uno visto como problema, el otro como una gran ayuda. Que llueva es una acción que -por lo menos hasta ahora- no se puede controlar, y podriamos decir que es un factor externo, que se escapa a nuestro control. Como comenté en algún artículo anterior, este tipo de excusas nos desligan de responsabilidad, pero tambien traen una frustración muy grande. Si tomamos un factor externo como causante y determinante de nuestro “problema”, será imposible solucionarlo, ya que es imposible para cualquier de nosotros modificar lo ajeno a nuestro accionar.
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