Como Amazon destronó a Cúspide

El primer libro que compré desde la comodidad de mi casa fue “La Larga Cola” (una review muy sencilla fue el segundo post de este blog) y como siempre, lo hice en Cuspide.com. No recuerdo como llegué a esta librería, ya que siendo un tigrense de toda la vida, nunca había visitado una librería física Cuspide (generalmente visitaba Yenny o La Boutique del Libro, que me quedaban más a mano). El tema es que durante años compré el 80% de mis libros en Cúspide, dejando el 20% restante para compras ocasionales en tiendas con gente de carne y hueso, chombas y carteles identificatorios prendidos del pecho. Incluso hace algunos minutos compré Compradicción de Martin Lindstrom en la mencionada librería.

Cuando amigos me preguntaban por qué encargaba mis libros en Cúspide sabiendo que me cobraban cerca de $30 el envío -alrededor de 6.5USD[1] a cambio actual- y otro tanto si decidía pagar contra entrega del pedido, me respuesta era contundente:

Pago la diferencia como retribución por permitirme hacer la compra en 30 segundos desde mi casa

Para ese entonces muchos de mis amigos ya compraban libros por Amazon, y yo solo había tenido una tímida experiencia comprando un texto técnico que necesitábamos en IBM, pero hace algo más de un año algo cambió: Descubrí el “Auto-delivered wirelessly“.

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Las grandes compañías como laboratorios de RRHH

Maduré profesionalmente en una compañía que, solo en Argentina contaba con más de 10.000 empleados en nómina y con más de 400.000 en todo el mundo (Si, ¡¡¡Cuatrocientos mil!!!). Por aquella época era común dirigir equipos de entre 50 y 100 personas, aunque había Managers con más de 300, o incluso 400 personas a cargo y con una estructura de mandos medios que tampoco llegaba a soportar semejante organización.

Contar con equipos tan grandes fuerza situaciones, brotan necesidades: Plan de carrera para asegurar el crecimiento profesional, Programas de formación de líderes, Coaching y Mentoring, Plan de Incentivos, y una larga lista de etcéteras podrían componer la lista.

Pero, ¿pasa esto mismo en una empresa de 5, 10, o 20 empleados? Bueno, siempre depende quien la dirija, pero en mi experiencia lo he visto pasar menos veces en relación a los gigantes de Fortune 500. La explicación que le encuentro a este fenómeno es, justamente, una cuestión de tamaño: Si podemos disponer del 1% del esfuerzo para sentarnos a diseñar e implementar estas prácticas, en un equipo de 10 personas, podríamos usar unas 210 horas aproximadamente (25 días al año, o 35 reuniones de 2 horas con tres integrantes). Si bien suena interesante, en mi experiencia esa cantidad de horas solo sería necesaria para hacer el diseño de alguna de las iniciativas, pero no se podría contar con más tiempo disponible para implementarlas. En cambio, en una empresa con 100 empleados, el tiempo es considerablemente mayor, ya sea para pensar y desarrollar la iniciativa, como para implementarla y analizar los resultados, todo en el mismo periodo.

Pablo es un amigo que trabajó en una multinacional por varios años y es un entusiasta de este tipo de iniciativas: Trabajó y lideró en comités para desarrollar todo tipo de iniciativas (jornadas outdoor para desarrollo de equipo –team building-, promociones en base a merito, desempeño y resultados y muchas más), y ahora es el responsable comercial de una compañía que, en Argentina, cuenta con 15 empleados en nómina. Cuando le comenté sobre este tema, me dijo:

– Tener equipos a cargo muy numerosos hacen que tengas que funcionar como “Recursos Humanos” para tu equipo, más allá que tu responsabilidad sean las operaciones. Cuando pasas a una compañía más chica, haber experimentado eso es un valor agregado enorme. En pocas palabras, la gran empresa te prepara y te permite experimentar junto con otros grandes profesionales para llenarte de experiencia y aplicarlo en compañías que no podrían hacer toda esa inversión de tiempo.

Como a Pablo, son muchas las personas que se foguean (se preparan) en grandes compañías, donde hay tiempo y recursos (aunque “solo” sea ese tiempo) para experimentar, aprender y formarse y después aplicarlo en sus nuevas posiciones. Pero también acá aparece un posible problema: Las grandes compañías realizan esa inversión para formar a sus profesionales para que otras compañías más pequeñas puedan aprovecharlo. Formar profesionales para que se vayan, ¿les suena? Pero bueno, ahí ya nos estamos metiendo en políticas de retención… Quizás un nuevo tópico donde invertir el tiempo, ¿no? (Nota: En lo personal siempre pensé que más vale formar gente que se vaya antes que no formarla y que se quede).

Si trabajas en una compañía pequeña y estas pensando ¡estoy frito!, tranquilo, no es así. Estas iniciativas vas a poder desarrollarlas pero, seguramente, a otro ritmo. Lo importante es que no dejes de hacerlo y lo mantengas como un tema a tratar en tu lista de tareas.

Si trabajas en una compañía grande, te recomiendo que aproveches al máximo los recursos que ésta provee, pero no pensando en que en breve te vas a pasar a una empresa más chica (eso te podría quitar el foco). Además, no podrías estar seguro de que eso va a pasar, ¿no?

 

¡Saludos!

 

Foto por Andy Todd

Mi artículo en MateriaBiz: Y ahora me designo… ¡CEO!

Es un placer contarles que ya se ha publicado mi primer artículo en el reconocido portal de Management y Negocios MateriaBiz.

Como primer Post, decidí hablar sobre el perfil de los CEOs, especialmente el de aquellos responsables de start ups tecnológicos que atraviesan o atravesaron un crecimiento vertiginoso, pasando de ser especialistas técnicos a los responsables máximos de la compañía. Más abajo encontrarán el artículo, y también les dejo el link para que lo vean en MateriaBiz. ¡Gracias!

Y ahora me designo… ¡CEO!

Hace algún tiempo atrás tuve la oportunidad de conocer al nuevo Gerente General de uno de mis clientes más importantes. Una persona muy cálida y amable, de casi unos 40 años que había hecho carrera en la compañía desde que salió del colegio secundario. Quedé realmente impactado por sus ideas y la claridad de su estrategia, pero más me sorprendió su energía y el entusiasmo que generaba en los que lo rodeaban. Poco después de esta experiencia me encontré compartiéndola con un amigo de la infancia que, para mi sorpresa, se empezaba a mostrar algo escéptico. Como noté que pasaba algo raro y con la confianza que dan los años, fui directo al punto:

– ¿Qué te pasa?

– No por ser jóvenes los CEOs son de mente abierta, carismáticos y motivadores. En mi experiencia, todo lo contrario.

– ¿Por? ¿Qué pasó?

– En mi trabajo, el CEO nació siendo jefe y siempre estuvo “del otro lado del mostrador”. No hizo carrera, pasó de ser desarrollador a CEO. Sin escalas.

Mi amigo, Responsable de Proyectos en una compañía de desarrollo de aplicaciones “sociales” que ya había atravesado (y ganado) varias rondas de inversión, estaba experimentando algo muy distinto a lo que yo había podido ver: El CEO de su compañía, un joven de menos de 30 años, había fundado su compañía en base a los productos que éste mismo desarrollaba, pero con el tiempo fue sumando empleados para poder atacar la demanda creciente: Primero 10, luego 20 y hasta 100. Todo ese vertiginoso crecimiento y él seguía dedicándole la mayor parte de su tiempo a lo que le apasionaba: Desarrollar software.

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Intentemos algo…

Hace algunos minutos puse un tweet diciendo que por los últimos 2 o 3 años me sentí, de alguna manera, como en stand by. En reposo. Con esto lo que quise decir es que me vengo sintiendo raro, como si algo fundamental hubiera entrado en un estado de espera. No siento que se haya ido, solo que está justamente aguardando que lo vuelva a activar.

Una de mis características que noto que entraron en espera fue la concentración: Ese invisible poder para estar enfocado con todas mis energías en algo y conseguir lo que me proponía. Por los próximos 15 días voy a hacer una prueba para ver si puedo retomarlo. En 15 días, en esta misma categoría mini posts les contaré los resultados y la receta.

¡Deséenme éxitos!

¿Por qué grandes equipos no generan grandes productos?

He visto muchos equipos de trabajo excelentes: Ingenieros muy creativos, artistas con unas ideas increíbles, directores que tomaban excelentes decisiones bajo presión, etc. En pocas palabras, profesionales de esos que no abundan. Pero, ¿tenerlos en el equipo garantiza el éxito? O incluso, ¿asegura que podremos generar grandes productos por tenerlos en nómina? Lamentablemente, ambas respuestas son un NO. Quizás, algunas veces, funcione. Pero la mayoría estoy seguro que solo tendrá un resultado medio, muy por debajo de la excelencia. Pero,

¿por qué no logro que mis productos sean excepcionales si tengo a los mejores?

Si mal no recuerdo, este es uno de los post donde más preguntas me planteo. Para simplificar, ¿Qué necesitamos para que esos equipos con individuos excelentes sean un equipo excelente de resultados excelentes? Si ya tenemos el primer ingrediente (personas excepcionales), nos están faltando tres ingredientes:

  • Visión. Los objetivos del equipo son importantes, pero una vez que están bajo control y encarrilados la visión compartida como equipo es la que convertirá simples productos en GRANDES productos.
  • Rebeldía. OK, cumplimos con nuestras responsabilidades  y también tenemos la visión hacia donde ir, pero para llegar a donde nadie más ha llegado, es necesario hacer algo más que seguir ordenes. A veces es mejor pedir perdón que permiso (ojo, no hay que abusar de esto, una cosa es ser flexible y otra muy distinta incumplir o romper reglas).
  • Liderazgo. No hablo necesariamente de un líder con nombre y apellido, sino del liderazgo en general. Con un buen gestor se alcanzaran los objetivos del equipo, con liderazgo se irá más allá de los objetivos del equipo.

Como dice Moisés Noreña de Whirlpool, la innovación tiene que ver con los procesos (y con la agilización de los mismos, su integración y visión integradora). Lo que yo le agregaría a quienes ejecutan esos procesos, es decir, esas profesionales excepcionales ya que los productos son creaciones de personas y no de compañías.

Si sos el propietario de la compañía o un gerente entusiasta que se está preguntando lo mismo que yo, te recomiendo no manipular ni forzar las situaciones. Intentá facilitar lo que se necesite (herramientas, recursos, etc.) y asegurarte de tener a los mejores. Si ya los tenes, dales espacio y autoridad. Con ese juego de cuatro puntas ([1] Profesionales [2] Recursos [3] Espacio [4] Autoridad) se va a empezar a formar el ecosistema donde florecerán grandes proyectos. Eso sí, nunca te olvides de tu rol de facilitador y de visión “externa”. Hasta llegar a esos productos excepcionales vas a pasar por muchos prospectos deficientes, y tu rol es ir marcando el rumbo.

¡Éxitos!

 

Foto por Jordanhill Scholl D&T Dept