Durante el 2011 me suscribí a la revista Gestión (link al post) y ha sido una gran experiencia. Escribo las primeras lineas de este artículo en base a una idea que me surgió al leer el editorial de la revista Gestión edición Septiembre-Octubre 2011. La nota se titulaba “Recursos del Conocimiento“. Comparto el primer párrafo para contarles como nace este post:
En las organizaciones industriales, basadas en las máquinas, los principales requisitos de talento se satisfacían con la contratación de técnicos y profesionales capaces de organizar la operación de esas máquinas y sacar de ellas lo mejor en términos de rendimiento. No había mucha posibilidad de “crear” en el ámbito laboral -y mucho menos en el fabril-, con excepción de las áreas de investigación y desarrollo o de diseño en las que se ideaban esas máquinas.
O en mis palabras: La porción innovadora es la que crea (en el mejor de los casos), pero quien más tarde ejecuta los procesos generados por esa innovación pueden resultar tan rutinarios y aburridos como los de una época más cercana a la revolución industrial. Entonces lo que me pregunto es, ¿cómo podemos hacer para llevar la parte divertida de la innovación a toda la organización?
Si la pregunta es esa, de una cosa estoy seguro: No aportamos valor desde un equipo de Innovación, sino generando compañías innovadoras en general. Si tuviera que pensar en un proceso básico de innovación que permita que todos puedan jugar a crear, sería algo así:
El problema es que, así y todo, no terminamos de erradicar las tareas “aburridas”, por lo que sigo con mis preguntas: ¿es eso posible? Siempre vamos a necesitar liquidación de sueldos, lineas de montaje repetitivas y balances anuales, no veo una escapatoria a eso. Es más, cuanto más nos esforzamos en ser creativos más trabajo aburrido generamos (alguien tiene que producir, ¿no?).
Si siguen el proceso que propuse, van a ver que la idea es que cualquiera pueda tener una porción de innovación, cualquiera puede ser creativo. Basta de salas de reunión cerradas por científicos locos con los pelos alborotados y guarda polvos blancos que no sabemos lo que hacen. Mantengámoslo simple, cualquiera puede generar una idea de valor, así que solo tenemos que articularnos para empezar a escuchar y actuar en consecuencia.
Quizás no podamos erradicar por completo las partes aburridas, es verdad, pero quizás podamos incrementar las situaciones donde somos creativos y nuestras ideas se escuchan.
¿Qué te parece?