Los últimos quince años me desempeñé -principalmente- en la gestión de distintos tipos de proyectos, generalmente de consultoría y servicios de Tecnología. Una de las primeras cosas que aprendí trabajando en la gestión de la operación de este tipo de proyectos es que, en realidad, lo que se está comercializando son “horas hombre” (es decir, las horas de los consultores o especialistas que ejecutarán los proyectos). Lejos de meterme en la gestión particular de cada uno de los negocios del lector, y más allá de la obviedad que acabo de mencionar, la idea de este artículo es brindar una introducción al cálculo de las horas productivas que cada equipo de trabajo tiene o, al menos, podría llegar a tener.
Seguí leyendo “Cómo calcular las horas productivas de mi equipo”El costo ¿oculto? de la burocracia
Una de las discusiones más antiguas dentro del Management es relativa al ámbito de control (Span of Control, en inglés), que no es más que la cantidad de subordinados que debe tener un supervisor / gerente para que esa organización sea lo más eficiente posible.
En Estados Unidos hay 23,8 millones de Gerentes. Eso da un gerente cada 4,7 trabajadores. O visto de otra forma, los gerentes representan el 17,6% de la masa laboral americana, aunque recibe el 30% de la compensación total.
El autor se pregunta algo muy válido, y coincide con lo que muchos trabajadores también se preguntan:
¿Cuántos de esos 23,8 millones de gerentes realmente necesitamos?
Hace tiempo que distintas compañías vienen poniendo en práctica modelos con un span of control más amplio y no tan limitado como durante los 90 y 2000, pero antes de seguir, aclaremos el concepto.
El Cliente Incorrecto
Los que desarrollamos actividad comercial como parte de nuestro día a día nos hemos cruzado con todo tipo de personas, deseando poder convertirlos en prospectos de cliente: Desde la gente amable que nos dedica su tiempo y retro alimentación sobre lo que ofrecemos hasta individuos que están acelerados y cortan el llamado en el preciso instante que detectan nuestras intenciones.
Pero este artículo no se trata sobre como desarrollar una actividad comercial, o como planificar la estrategia de tus llamadas. No, muy lejos. Se trata sobre identificar al cliente que no es para vos, y creeme: Allá afuera está lleno de “clientes” que no son para vos.
En mi caso, lo descubrí -como casi todo lo que descubro- de la mala manera. Un colega me llamó a la noche a la oficina y me comentó de un tipo que tenía un proyecto que me iba a interesar, que por favor me reuniera con él. Que era extranjero, y que se estaba por regresar a su país y que quería volverse con su contrato firmado. Arreglé todo para juntarme al otro día, y ver de qué trataba. Era jueves Santo, nadie trabajaba, pero por quién me lo recomendaba decidí aceptar la reunión.
Tomamos un café. Dos. Hasta un tercero. Le conté quién era yo, a qué me dedicaba, a qué se dedicaba mi empresa. La respuesta fue:
“Es justo lo que necesito. Mi proyecto va a revolucionar internet, y parecen los indicados”.
Mierda. Terrible afirmación, y yo medio pasado de cafeína.
Tu trabajo no es tu trabajo
Antes que nada, ¡Bienvenidos nuevamente! Hace tiempo que no escribía. Creo que en algún momento perdí de vista lo bien que me hace bajar a tierra algunas reflexiones (que son tales justamente mientras presiono cada tecla).
Como primer post al momento de volver al blog no encontré mejor inspirador que Fred Kofman. A Fred ya lo mencioné varias veces, es el autor de Metamanagement un libro muy interesante que viene bien releer de vez en cuando.
En esta ocasión me llegó un video del autor en el que está frente al cuerpo docente de la Universidad Francisco Marroquín en el que presenta un caso bastante interesante, afirmando que lo que cada uno de los presentes cree que es su trabajo en realidad no lo es y lo iba a demostrar en solo unos minutos.
Antes de avanzar y contarles un poco más les pido que anoten en un papel en no más de dos líneas cuál es tu trabajo. Más tarde vamos a volver a esto.
Imaginemos un equipo de fútbol… ¿Cuál es el objetivo del equipo? ¡Ganar! Claro, el objetivo es ganar.
Pero, ¿cuál es el objetivo del defensor?
Mi nuevo enfoque de Gestión
En mi post anterior, hace ya unos largos meses, contaba sobre mis nuevos rumbos profesionales fuera del mundo corporativo y como emprendedor.
Dado este cambio de rumbo tan profundo, no veo otra opción más que cambiar también el enfoque de los artículos de este blog. Orientado a la gestión, liderazgo y negocios, pero ahora desde otro tipo de perspectiva: la del emprendedor.
Como primer conclusión de estos 8 meses es que gran parte de lo aprendido en multinacionales no solo es aplicable en start ups, sino también recomendable hacerlo, pero con ajustes.
En mi caso, y a la gran mayoría de los emprendedores con los que hablé les pasa lo mismo, la diferencia está en la cantidad de recursos disponibles, ya sean humanos, financieros, económicos, tecnológicos, lo que sea.
Lo que si pondero mucho más que en cualquier otra posición que he tenido antes es la planificación, y por una razón muy básica y sencilla: No hay mails de colegas, proveedores ni clientes que te dicen que hacer. Si no lo hacés vos mismo, no pasa nada.
En los próximos posts compartiré algunas herramientas y prácticas diarias en este sentido, como así también opiniones, trabas y facilidades con las que me voy encontrando.
¡Un abrazo!