El lunes pasado escuché en el programa radial Perros de la Calle donde su conductor, Andy Kusnetzoff hacia referencia a un estudio (no tengo más información, sorry… si alguien sabe algo, por favor pasenme algún link) donde decían que no necesariamente la gente de mayor estudios era más inteligente que aquellos que no habían tenido la oportunidad de estudiar carreras de grado, maestrías, etc. Lo que marcaba Andy era que las personas que rotulamos como “inteligentes”, en muchos casos en realidad es porque tienen muy buena dicción y tienen adquiridas herramientas lingüísticas que les permiten expresarse muy cómodamente.
Me dejó pensando en las personas que -a mi juicio- no identifico con una inteligencia especialmente remarcable, y también en aquellos/as que admiro por su inteligencia. Debo admitir que me sorprendí, ya que he caído en esta trampa alguna vez. Muchas de esas personas “inteligentes” en realidad saben y/o pueden articular muy bien sus ideas, pero la idea en si misma quizás no es tan valorable como el mecanismo como se expresó.
O en criollo: ¡Muy buenos vendedores!
Por el otro lado tenemos a los que quizás no somos tan buenos “vendedores” y quizás carecemos de esas herramientas lingüísticas que nos hacen parecer inteligentes, pero eso poco tiene que ver con el valor (ya sea inmenso o pequeñísimo) de nuestras ideas.
Muchas veces decimos: – ¿Cómo puede estar esa persona en ese cargo?? Si no puede ni hablar!!
Quizás esta teoría lo explique!
¿Qué les parece?