No tengo muy claro como me vino a la cabeza el tema… Escribí el título y después redacté algunos renglones que van a poder ver en ‘Algunas ideas sueltas‘. Como me dí cuenta que poco sabía del tema en profundidad lo googlee. La mayoría de los blogs que me encontré tenían una premisa fundamental como factor común:
El fracaso es necesario para alcanzar el éxito
Suena trillado, ¿no? Claro, la vida es una sucesión de hechos: a veces fracasos, otras triunfos. Pero, ¿cómo gestionar con éxito un fracaso? (Para los que saben de plan de negocios, quizás se les ocurra relacionarlo con la ‘estrategia de salida‘). Desde que tengo memoria, me ha toca lidiar con diferentes situaciones que eran un fracaso cantado: Factores externos desfavorables, mal timing, etc. pero no en todos he podido gestionar esos ‘fracasos’ de la mejor manera.
Hace algunos años decidí abrir mi propia empresa, y no fue más que un conjunto de malas decisiones. Muchas de las variables que estaban a mi alcance no las supe pensar (con quien asociarme, por ejemplo o hacia donde apuntaba en el largo plazo), y todo fue contribuyendo a que la salud de la empresa se vaya deteriorando. El problema, y la lección que hoy rescato, es que una vez diagnosticada la inexorable defunción de la empresa, tampoco actué como un buen gestor (omisiones, desgano que se incrementaba cada día, etc.).