Existen una inmensidad de teorías sobre cuales son los organigramas. Si buscan un poco en google se encontraran con teorías de organigrama, creación de organigramas, organigramas delgados y eficientes, etc.
Iba a empezar mi artículo hablando sobre la cantidad (¿inexorable?) de niveles jerárquicos que hay en las grandes corporaciones hoy, y me encontré que la teoría me acompañaba.
Al menos en Argentina existen varias compañías que, por la naturaleza de sus servicios, han crecido mucho en los últimos años un 50, 100, 200 o hasta 300% y más en sus nóminas.
Sin dudas que, lejos de ser algo negativo, estos índices de crecimiento son muy buenos para la expansión del país como exportador de servicios de tecnología, para el crecimiento de la compañía y para el desarrollo de profesionales.
En repetidas ocasiones me tocó vivir el instante justo en que el crecimiento se empieza a hacer realidad. Equipos de 5 personas pasan a ser de 20. Semanas después ya 40, 50 y ¡hasta 100!
En mi caso, y por como estaban estructurados los equipos cuando se dieron estas situaciones, había pocas posibilidades para estructurar y darle sentido al crecimiento:
- Crecer en alto (generar más niveles jerárquicos en la organización)
- Crecer a lo ancho (generar grupos más “horizontales”)